viernes, 28 de junio de 2013

Administrar el neoliberalismo: lecciones desde Brasil

PorAlejandro Nadal 

Para la izquierda institucional en América latina, las lecciones son claras. Las contradicciones del neoliberalismo son insuperables: ni desarrollo, ni rostro humano


La gestión del neoliberalismo por regímenes de centro izquierda es un ejercicio incómodo. La retórica desde el palacio de gobierno insiste en pintar un cuadro de progreso social en un marco de desarrollo económico. Pero las ataduras del modelo neoliberal conspiran para anular los éxitos que podrían obtenerse. El neoliberalismo no está hecho para promover el desarrollo.

En los últimos años surgió el mito del milagro económico en Brasil. La tasa de crecimiento del PIB estuvo por encima de la media de América Latina y su desempeño exportador le permitió mantener un superávit significativo. Además, el aumento en el gasto social le permitió reducir la pobreza y disminuir el hambre. ¿Qué podía salir mal?

Las manifestaciones en las ciudades brasileñas son producto de muchos factores. Desde la pésima calidad de los servicios públicos y el hartazgo por la corrupción, hasta la represión aplicada por los cuerpos de seguridad. El movimiento también está animado por el fastidio con la clase política que sólo ambiciona adueñarse de cargos públicos para vivir de sus rentas. Por el momento, la desaprobación no tiene más perspectivas que la simple protesta. Peroesta coyuntura obliga a examinar la estructura y desempeño de la economía brasileña bajo el peculiar enfoque del PT.

Para empezar hay que despejar el mito del crecimiento económico en Brasil.Entre 1999 y 2011 el crecimiento promedio anual fue de 3 por ciento, nada espectacular y ciertamente muy por debajo de las necesidades de generación de empleo que tiene el gigante sudamericano. En estos años la economía brasileña ha ido dando tumbos, alternando años de rápido crecimiento (7 por ciento en 2010) con otros de mal desempeño (baches de menos 0.2 por ciento en 2003 y 2009).

El desempleo abierto en Brasil alcanza el 6 por ciento de la PEA (2011).Para los estándares europeos en plena crisis ese dato parece reducido. Pero debe manejarse con cautela. Entre 2000 y 2007 el 51 por ciento del empleo total en Brasil se concentró en el sector informal. Como en toda América latina, el sector informal es un gran "generador de empleo" y el perfecto disfraz del principal problema económico del capitalismo.

En la década de los años noventa se aplicaron en Brasil fuertes programas de estabilización con esquemas de contracción salarial, ajuste fiscal y hasta la creación de la nueva moneda, el real. La inflación se redujo de niveles superiores al 2.000 por ciento hasta niveles históricos bajos (alrededor del 5 por ciento). Desde entonces impera la política macroeconómica restrictiva con las tasas de interés más elevadas en América latina.

Los dos gobiernos de Lula buscaron conciliar las directrices del neoliberalismo con objetivos de justicia social. Para no trastocar los equilibrios de la macroeconomía neoliberal, se optó por el camino del asistencialismo. Para obtener los recursos necesarios se incrementó la presión fiscal hasta alcanzar el 36.2 por ciento del PIB en 2012. Este es un nivel que corresponde al de un país con buenos servicios públicos, pero en Brasil predomina la mala calidad en materia de salud, educación y transporte.

La política fiscal es de corte neoliberal puro y su principal objetivo es generar un superávit primario (diferencia entre ingresos y gastos netos sin cargas financieras). El superávit primario es un monto que podría invertirse en salud, educación y transporte, pero se destina a cubrir cargas financieras. El año pasado rebasó los 53 mil millones de dólares, monto equivalente a 2.3 por ciento del PIB, pero inferior a la meta de 3 por ciento del PIB: Brasil ha mantenido uno de los niveles más altos de superávit primario en el mundo.

Por otro lado, la estructura del impuesto sobre la renta no es progresiva y una buena parte de la carga la soportan los trabajadores de pocos ingresos. Además, el peso del IVA en la recaudación total es desmedido: el 48 por ciento de la recaudación total proviene de este impuesto regresivo que grava con la misma tasa a ricos y pobres. Lo recaudado por el IVA representa alrededor del 12 por ciento del PIB en Brasil, un escándalo.

Las bases del sector exportador no son robustas. Alrededor del 55 por ciento de las exportaciones provienen del sector primario [agro y minería], con un enorme costo social y ambiental. La volatilidad de los precios de estos productos básicos es bien conocida y por ello en 2012 Brasil tuvo su peor superávit comercial en diez años. La industria brasileña tuvo un mal año en 2012 y subsisten señales de fragilidad en el sector manufacturero. Por otro lado, el modelo de agro-negocios brasileño es un fracaso social, ambiental y económico, pero los grandes consorcios de ese país, con el beneplácito del gobierno, pretenden exportarlo a Mozambique y otros países de África.

Finalmente, en materia social la reducción de la pobreza en Brasil ha sido real, pero modesta. Ese país sigue siendo no de los de mayor desigualdad en el mundo. Para los partidos de la izquierda institucional en América latina, las lecciones son claras. Al fin del camino, las contradicciones del neoliberalismo son insuperables: ni desarrollo, ni rostro humano.

: Fuente: La Jornada

"América Lachina"


América Lachina



Leandro Morgenfeld

China avanza, discretamente, en América Latina. Ya no solamente como succionadora de recursos naturales, sino como líder en inversiones y créditos. La región, además, se transforma en un mercado creciente para las baratas manufacturas chinas. Ilusiones y riesgos de una nueva dependencia.
 
A principios de junio, el presidente Xi Jinping realizó una gira por América Latina, siendo éste su segundo viaje al exterior desde que asumió su cargo hace menos de un año. Llegó a Trinidad y Tobago apenas horas después de la visita del vicepresidente estadounidense Joe Biden. Después visitó Costa Rica y México, dos destinos también elegidos por Obama en mayo. Así como Estados Unidos, a través de la Asociación Trans-Pacífico, acecha el patio trasero chino, las autoridades del gigante asiático están haciendo lo propio en América Latina y el Caribe. 
Esta inusitada actividad diplomática en la región ya no debería sorprender. Hace exactamente un año, el entonces premier Wen Jiabao había visitado Argentina, Brasil, Uruguay y Chile. Ante la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), estableció cinco propuestas concretas para potenciar la presencia china en la región:
1) profundizar la relación estratégica en base a la confianza mutua, mediante la creación del Foro de Cooperación China-América Latina y el Caribe (mecanismo para mantener un diálogo permanente entre la CELAC y Pekín); 2) duplicar el intercambio comercial, llegando a los 400.000 millones de dólares (en 2012 alcanzó los 262.000 millones, frente a los 834.000 que la región tuvo con Estados Unidos); 3) fortalecer las inversiones y asistencia financiera, creando un Fondo de Cooperación China-América Latina y el Caribe, al cual los bancos del país asiático aportarían un primer paquete de 5.000 millones de dólares, al tiempo que el Banco de Desarrollo de China impulsaría una línea de crédito de 10.000 millones destinada a la construcción de infraestructura; 4) garantizar la seguridad alimentaria, a través de la creación de una reserva de 500.000 toneladas de alimentos para fines humanitarios y la puesta en marcha de un foro de ministros de agricultura, para fortalecer la agroindustria, la manufactura, la ciencia y la tecnología; 5) incrementar el intercambio cultural, la comunicación, el deporte y el turismo bilateral.
Este ambicioso plan se sustenta en la creciente demanda china de alimentos, metales, energía y minerales que exporta nuestro continente. Ya en 2011, China desplazó a la Unión Europea como abastecedor de América Latina y el Caribe. El comercio interregional, en la última década, tuvo un incremento superior al 30% anual, lo cual más que duplica las tasas de aumento del comercio global.
En el caso argentino, y a modo de ejemplo, China es el segundo socio comercial y aumentó su participación como destino de las exportaciones argentinas del 1% al 10% en apenas dos décadas. Segunda economía mundial, la locomotora asiática es hoy el socio comercial principal de 144 países. En 2009 se transformó, además, en el primer exportador mundial de capitales, superando a Estados Unidos y Alemania. Tres años después, pasó del sexto al tercer lugar como mayor inversor global. En nuestra región, las inversiones directas chinas superaron los 250.000 millones de dólares. Sus bancos, además, prestaron más que los de Estados Unidos, revirtiendo una tendencia histórica.
Mientras gran parte de las burguesías latinoamericanas están deseosas de profundizar estos vínculos económicos con el gigante asiático, entre los analistas hay un gran debate al respecto. Algunos, como Jorge Castro o Carlos Escudé, exaltan las bondades de la relación con China, mientras que otros advierten sobre la posibilidad de recrear un vínculo neo-colonial, similar al que, por ejemplo, Argentina mantuvo por décadas con Gran Bretaña en la etapa agroexportadora.
Si bien la demanda china de soja y otros  bienes primarios permitió en la última década a muchos países latinoamericanos sostener balanzas comerciales positivas y capear la crisis internacional, hay serios riesgos de una reprimarización de las economías regionales y de una profundización del modelo agro-minero exportador. La orientación "neodesarrollista", hoy puesta en debate en Brasil a partir de las enormes movilizaciones populares, está mostrando los límites del esquema económico exodirigido. Hasta la poderosa burguesía industrial paulista advierte sobre las consecuencias nefastas que puede tener la apertura indiscriminada y la competencia con las importaciones provenientes de china, producidas con una fuerza de trabajo que percibe salarios bajísimos.
Una serie de interrogantes se plantean a partir de la novedosa omnipresencia china en América Latina: ¿Qué impacto tendrá el ascenso económico y político del gigante asiático en el sistema capitalista, pero en particular en el Cono Sur? ¿Consolidará el nuevo patrón de especialización comercial regional primario exportador que se esbozó en la primera década del siglo XXI? ¿Pueden las exportaciones chinas, con mayor escala de producción y baratura de su fuerza de trabajo, tronchar la todavía incipiente reindustrialización latinoamericana? ¿Permite el ascenso de Pekín morigerar la hegemonía de Washington en el continente americano? ¿Qué carácter tendrá esa eventual transición hegemónica y cómo impactará en la inserción internacional latinoamericana?
En un reciente libro, Regionalismo y orden mundial: Suramérica, Europa, China, diversos autores debaten y abordan esos interrogantes. Raúl Bernal-Meza y Julio Sevares advierten allí contra las ilusiones acerca de una relación "sur-sur" con China. El primero concluye que, hasta ahora, Pekín está recreando un patrón de comportamiento derealpolitik, bastante similar a los modelos hegemónicos que sufrió América del sur en los siglos XIX y XX. El segundo detalla los riesgos de un énfasis en la exportación decommodities y productos primarios, y plantea la necesidad de enfrentar los desafíos que supone China mediante políticas cambiarias, comerciales y productivas, con más cooperación intrarregional, que permita incrementar el valor agregado de la producción y la exportación y mejorar la competitividad de las industrias manufactureras. Sin embargo, estos objetivos no son fácilmente alcanzables, dadas las asimetrías en América Latina y la puja entre divergentes estrategias de inserción internacional.
Nuestro continente debe repensar la relación con la potencia asiática para evitar repetir el esquema de dependencia que recreó en el siglo pasado con Gran Bretaña y Estados Unidos.  


miércoles, 26 de junio de 2013

Ojos Bien abiertos para que no se escape la tortuga (de Claudio Lozano y Tomas Raffo)

¿Por que aumenta el pan? Bueno, acá Claudio Lozano se dedica a explicarnos la concentración monopólica en el mercado alimenticio argentino a través de un informe que vale la pena leer. Es bueno saber que hay legisladores que en vez de hablar a las camaritas de TN denunciando boludeses se dedican a analizar y presentar propuestas alternativas para hacer una Argentina Mas Justa...

Ojos Bien Abiertos en toda la Cadena de Valor, para que no se nos escape la Tortuga

Con el objetivo de aportar al debate sobre Congelamiento de precios y el control social, Claudio Lozano y Tomás Raffo (IPyPP) elaboraron el presente trabajo en el que  analizan la composición del sector alimentario de la Argentina, sus niveles de concentración en cada uno de los estadios de la cadena alimenticia y la facturación anual  de las empresas de la cúpula (ver cuadros en archivo adjunto), para concluir que, dada la concentración en las distintas etapas de la cadena de producción de alimentos, “la decisión de la Presidenta de congelar precios en los supermercados no solo no modifica  la particular conformación de poder al interior de cada cadena de valor sino que incluso puede agravarla”.  
En función de los resultados que arroja el informe, Lozano concluye que “el problema no es el control social sino el contenido que adopta dicho control, (ver materialadjunto) y  propone “pasar del  Congelamiento de Precios solamente en los Supermercados con control de la militancia oficial, a un Esquema de Mesa de Concertación de las Cadenas de Valor de Cada Producto 

sobre la base de controlar los precios de los actores con posición dominante (..), que son un número acotado de empresas por sector, que se pueden contar con los dedos de una mano".

“Carece de sentido es ubicar el control en la etapa de la venta final del producto y no considerar lo que ocurre en toda la cadena de valor (obtención de la materia prima, elaboración y agregación de valor, almacenamiento, transporte y distribución)”, señalan los autores del informe, y destacan que “el papel de la sociedad no debe plantearse de una manera abstracta, inorgánica o subordinada a la actividad de militantes de la causa oficial. De lo que se trata es de entender que en cada cadena de producción participan empresas grandes y pequeñas, así como también trabajadores y consumidores. Son los actores de cada cadena los que deben ser convocados a Mesas de Concertación o a Consejos Sectoriales para que la participación social y la regulación estatal den cómo resultado políticas que defiendan el sector público.”

En el marco de este debate, en el que la militancia oficial fue definida como actor preponderante, Lozano y Raffo plantean que,  parafraseando a la Presidenta  y combinando sus dichos con el título de un icono de la cinematografía argentina,  podríamos señalar nuestra propuesta bajo el lema: Ojos Bien Abiertos en toda la Cadena de Valor, para que no se nos escape la Tortuga: de la Concentración Económica de un puñado de firmas


Extractos del informe:

Cadena de Valor en la Producción del Pan:
-          en el período de diciembre de 2006 a noviembre de 2007, se registró una molienda total de trigo por 6 millones de toneladas, de las cuales Cargill molturó 1 millón de toneladas (17%), Molino Cañuelas, 690 mil toneladas (12%) y Andrés Lagomarsino e Hijos, 400 mil toneladas (7%).

-          Cargill tiene una posición dominante, explicando el 76,6% de la facturación del sector (obviamente que acá considerada el conjunto de su facturación y no exclusivamente el vinculado con los productos de molinería). A su vez, agregando a Molinos Cañuelas y a Bagley Argentina, entre estas 3 firmas concentran el 92,8% de la facturación de las empresas más importantes del sector.
 
Ventas al por Menor

-          sobre un total de 14.368 establecimientos, apenas 87 son catalogados como grandes empresas, es decir el 0,6%; que sin embargo detentan el 63% de la facturación del sector. 
-          en lo que hace a las ventas en híper y supermercados, apenas 10 empresas están en el ranking de las 1000 de mayor facturación, de las cuales, las 5 primeras concentran el 74,4% de la facturación del sector, son: Carrefour (27,7%); Jumbo (23,3%); Coto (64,3%); Importadora y Exportadora de la Patagonia (10,1%) y Wal-Mart (9,3%). (Fuente Revista Mercado rankig de facturación 2011)

-          en tanto el congelamiento de precios se verificará al interior de los supermercados es lógico esperar un traslado de la demanda de los otros centros de distribución hacia estas grandes cadenas, reforzando y profundizando el ya de por si elevado poder de mercado que estas cadenas presentan.

sábado, 22 de junio de 2013

Brasil, meu Brasil

Por supuesto, el tema son las manifestaciones de protesta en las ciudades de Brasil. Es una de esos momentos en que las noticias que aparecen en los medios tienen un cierto sabor a realidad. No porque sean más “verdaderas”, o “importantes”. Es algo más sencillo: son inesperadas. Cuando comenzó a desarmarse el sistema soviético, en los comienzos de la “primavera árabe”, en los de la crisis financiera global – todas cosas muy distintas entre sí, y aún más lejanas de la realidad brasileña – también sucedió así: la opinión pública – ese consenso difuso que forman los medios y que a su vez condiciona lo que comunican – no los esperaba.
Esto es así porque Brasil ha llevado adelante por décadas – al menos desde la fundación de Brasilia – una inteligente política de imagen en el mundo, a la que ni siquiera la brutalidad de sus dictaduras militares, o de su policía, consiguió opacar (debo decir que no fueron ni son peores que en otros países de Latinoamérica, o en otras regiones del mundo). A partir de la llegada de Lula al poder,  esa política ha conseguido éxitos magistrales, que les envidio profundamente (Sobre todo porque pienso que los argentinos también podríamos hacerla – tenemos con qué – si no fuera por nuestras internas caníbales).
Por supuesto, ahora muchos brasilófobos aprovechan para denunciar el “engaño”. Tonterías. Estas protestas masivas ayudarán a ver las debilidades reales de nuestro vecino, pero no disminuyen nada de su extensión territorial, de su población, de su base industrial,… Sigue siendo el país más poderoso de la América del Sur, por lejos. Y, sostengo, nuestro inevitable aliado.
Mientras tanto, nuestros medios locales – hasta ese un poco más diverso y sensible que es la blogosfera – están hablando del tema. Eso sí, la impresión que tengo es que muchos de nosotros vemos lo que está pasando en Brasil con los anteojos de nuestra realidad política. Inevitable, por otra parte, en un año electoral como el que tenemos aquí.
Entonces los manifestantes brasileños son caceroleros quejosos de un gobierno que ha hecho avanzar a las masas populares / son las masas populares que se rebelan ante el reformismo cosmético de un gobierno que mantiene un sistema injusto. A Dilma le está pasando esto porque no combate la inflación / porque la combate demasiado y no se da cuenta que lo fundamental es alentar el consumo / porque no ataca la “real” causa de la inflación que son las ganancias desmedidas de los empresarios / porque no cuenta con el factor de gobernanza que son los intendentes peronistas del conurbano … Siguen las explicaciones.
No pretendo tener “la precisa”. Lo que voy a hacer ahora es copiarles algunos textos que encontré en la blogosfera que me parece que dan buena información y que aportan enfoques razonables de una realidad muy compleja. Y muy importante. Me refiero, claro, a Brasil. Que va a seguir estando ahí en nuestra frontera del nordeste cuando las manifestaciones se aplaquen.
Forman un posteo largo. Pero éste es un feriado largo, y creo que pueden emplear media hora en leer o releer este material. Créanme que vale la pena, porque nos está hablando de una realidad no tan distinta de la nuestra. Recuerdan eso de “cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar“?
Empiezo con algo del blog de Ariel, un argentino que vive desde hace más de 10 años en São Paulo. No haría falta, porque ya fue reproducido en Artepolítica, pero les dije que valía la pena releerlo, si ya lo hicieron. Es una visión cercana e informada:
Este país que quiero tanto, este país que crece y progresa… este país es un grito… en realidad varios. Es un país en el que mucha gente rica se siente pobre por no estar a la altura del estilo de vida de los ricos americanos (ojo, no digo europeos, que no son taaaan ricos… digo americanos). Mucha gente que en cualquier país de la Europa pre-crisis (más aún de la post-crisis) sería considerada rica, aquí se siente pobre… porque no puede satisfacer un infinito afán de consumo. En este país dónde más de diez años atrás una mayoría muy pobre eligió por primera vez a un líder sindical como presidente, este país donde eso siempre fue considerado una afrenta por los sectores dominantes, este país donde hace más de diez años gobierna una alianza de corte popular (el PT y partidos aliados)… este país que se viene levantando lentamente hoy se lanza a la calle para luchar contra la corrupción. Es así? No tengo respuestas ni firmes ni definitivas porque esto es muy reciente y hace falta una cierta perspectiva para poder decir algo. Pero gracias al estímulo del amigo Escriba me obligué a sentarme a escribir unas líneas, para comenzar.
Lo primero que hay que dejar en claro es que esto comenzó con una manifestación del Movimento Passe Livre (MPL) el viernes pasado. El MPL como se puede ver en el link es un movimiento político apartidario (ojo, no antipartidario como ellos mismos aclaran en estos días) que se inició en 2003 con luchas estudiantiles por boletos subsidiados y se formalizó en el V Foro Social Mundial de Porto Alegre. El MPL tiene como punto principal de su pauta la estatización total de los sistemas de transporte urbano en el país, y su completa gratuidad para todo el mundo. Describo entonces en líneas generales lo que viene ocurriendo.
 
1. El MPL re-lanza una protesta por una política de transporte publico costo cero, contra un anuncio de aumentos de R$s 0,20 del boleto de omnibus (Prefeitura de São Paulo – PT) y del Metro (Governo do Estado – PSDB);
 
 2. La Policia Militar (PM – aqui es la policía estadual, como la bonaerense digamos) reprime brutal y estúpidamente (responsable político: el gobernador, del PSDB) dejando heridos (entre ellos periodistas de las mayores cadenas de televisión y de los principales medios de prensa), lo cual contribuye a visibilizar la protesta;
 
3. Los dirigentes del PSDB (Estado) salen a defender a la PM. Los de la Prefeitura (PT) desaparecen: ni una declaracion. La prensa inicialmente opera defendiendo tenuemente la represión (la tesis de los daños colaterales pero a los bandidos hay que darles) porque los cuestionamientos a la PM escalan al gobierno estadual (PSDB, con el cual están alineados desde siemrpe) y no al federal (PT), hasta que ocurren dos cosas: a) se hace inocultable la brutalidad y sobre todo la estupidez policial (por ejemplo se difundió que el vinagre sirve para resistir las bombas de gases lacrimógenos, con lo cual se lanzaron a la caza de personas que pudieran haber comprado una botella de vinagre en las puertas de los supermercados… no es joda, es en serio!); b) por otro, comienza a direccionarse el enojo contra los políticos en general y no contra el responsable político de la represión o su partido;
 
4. Cambia el eje: el apoyo de la gente a los agredidos por un lado (ojo, tod@s estudiantes de clase media acomodada cuyos padres jamás imaginaron que sus hij@s participarían de una cosa así y menos que la policía podría estar reprimiéndolos) y la falta de respuesta por parte de la clase política frente a la represion por otro, terminaron de polarizar el conflicto… contra la clase política. Ahí, la prensa hizo campaña para esconder a sus aliados y mostrar a Dima en la cúpula de la pirámide de responsabilidades… lo que tuvo bastante resonancia.
 
5. Un ingrediente casi diría psicológico, que no me parece menor, es cierta épica de lucha de la clase media que tuvo alguna participación política hasta los tiempos de lucha contra la dictadura y que después se dedicó a su vida. Ahora están orgullos@s de que sus hij@s, apátic@s, abúlic@s, consumistas, de pronto se involucran políticamente en algo que les recuerda a sus luchas de juventud… los guían y estimulan porque, sin importar el detalle de que las consignas son mayoritariamente reaccionarias y antipolíticas, es la posibilidad de que sientan por primera vez en casi dos generaciones que la política se hace en la calle (tal vez tengan razón, personalmente creo que no);
 
Alguna gente joven, estudiantes militantes de movimientos sociales, no parecen estar muy satisfechos con la dirección que el movimiento está tomando. La mayor cantidad de consignas que estan siendo levantadas ahora son contra la politica, los politicos y los partidos, el mundial de fútbol, y más específicamente, está creciendo la protesta anti PT, y sobre todo anti Dilma y anti Lula. Tal vez la novedad no sea esta, son sectores que nunca tragaron al PT ni ninguno de sus avances sociales, económicos, culturales… la novedad tal vez sea que por primera vez en mucho tiempo, y a la cola de un movimiento de izquierda, estas personas empiezan a estar movilizadas“.
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También quiero acercarles este análisis de Marcelo Falak, uno de los muy pocos periodistas que escribe con inteligencia sobre política internacional. Creo que es la mejor visión de conjunto del tema que he leído hasta ahora:
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Cómo se juzga una gestión o, más aun, a un estadista? Al asumir el 1 de enero de 2003, Luiz Inácio Lula da Silva dijo que se daría por satisfecho si al terminar su gobierno todos los brasileños tuvieran cada día un desayuno, un almuerzo y una cena dignos. Si ése es el patrón de medida, verdaderamente revolucionario para un país como Brasil y razonablemente alcanzado, hay que convenir en que su paso por la historia, continuado desde 2011 por Dilma Rousseff, valió la pena.
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Sin embargo, la propia Dilma, el resto de la clase política brasileña y analistas de todos los colores políticos se sorprenden estos días por la irrupción de masas disconformes en las calles, un fenómeno que, es inevitable, debe considerarse fruto tanto de las luces como de las sombras de la última década.
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Más allá de sus éxitos en materia de inclusión, un rasgo destacó al Brasil de los últimos años: una extraordinaria campaña de relaciones públicas que hizo de Lula un ícono mundial, amado de izquierda a derecha… fuera de Brasil, desde ya. Internamente, tanto él como todo lo que representa el Partido de los Trabajadores son considerados por la opinión de derecha y centroderecha fenómenos políticos ligados al populismo, la corrupción y la falta de cultura.
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La política internacional interesa a pocos como materia en sí misma; el resto repasa sus páginas entre la indiferencia y el interés de usarla como arma arrojadiza para las reyertas domésticas. Así, el “socialismo” lulista, al que se sumaron variables más módicas, como el chileno o el frenteamplismo uruguayo, suele ser presentado en nuestro país y en otros como un progresismo racional, opuesto a los excesos domésticos. Esa mirada idealizada (e interesada) tendió a soslayar las falencias de un reformismo acaso demasiado suave.
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La coyuntura económica internacional del período hizo posible, con materias primas caras y tasas de interés bajas, que todos los proyectos políticos en la región resultaran más o menos exitosos. El Brasil lulista, el Chile de la Concertación y del piñerismo, el Uruguay del Frente Amplio, la Venezuela chavista, la Bolivia de Evo Morales, el Ecuador de Rafael Correa, la Colombia de la derecha pronorteamericana y la Argentina kirchnerista registraron, invariablemente, buenos indicadores en materia de crecimiento y reducción de la pobreza. A algunos, como a la Venezuela de Nicolás Maduro, las costuras y remiendos ya le resultan indisimulables. Los de Brasil, muy otros sin duda, habían pasado más desapercibidos.
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Los precios récord del petróleo, el cobre, la soja y los granos en general explican buena parte del desempeño de esos países. También del de Brasil, que pese a su potencial industrial sin parangón en la región vio cómo sus exportaciones se primarizaron año a año. Rezagos regulatorios, carencias de infraestructura, falencias institucionales y cierta obsesión con la inflación vuelven ahora a aplanar su tantas veces anunciado “boom”.
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En los años buenos, allí y aquí, todos ganaron, desde las clases más desfavorecidas a las que la ayuda social les permitió comer, hasta la gran banca, pasando por los pobres que se sumaron a la clase media a partir de la robusta creación de empleo, por las clases medias que accedieron a mejores ingresos y más crédito, por la gran industria y por un agro en expansión.
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Esa gestión “fácil” de la coyuntura permitió, en el caso de Brasil, que se hicieran loas a un reformismo, como dijimos suave. Valga un ejemplo de ayer mismo, en plena conmoción por las protestas. El segundo productor mundial de mineral de hierro anunció un nuevo código minero que duplica hasta el 4% las regalías que debe pagar el sector al Estado. ¿Mucho? Depende. Las empresas esperaban un anuncio más lesivo para sus intereses, tanto que las acciones del gigante Vale subían casi un 2% ayer a la tarde en la Bolsa paulista. Además, ese 4% es apenas un tercio de lo que cobra un país como Australia.
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Como sea, mucha, mucha gente ascendió en la escala social con los gobiernos del PT. Se dijo muchas veces que 40 millones de brasileños salieron en la última década de la pobreza y pasaron a engrosar la clase media. Es cierto, tanto como que los análisis entusiastas minimizaron el hecho de que el universo de la clase media brasileña que abarca hoy a un 54% de la población tiene un piso de ingreso de modestos 145 dólares mensuales por persona. La política puede cambiar la realidad, pero la estadística hace milagros.
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Además de lo valioso que es empezar a comer, a vestirse y a contar con el desahogo suficiente como para que más familias envíen a sus hijos a la escuela, ¿qué pasó con los servicios públicos? Transporte, salud y educación son sectores que cuentan con una infraestructura más que deficiente, que hacen que las condiciones de acceso sean difíciles y los tiempos de espera, interminables. El crecimiento acumulado amplió la demanda de esos servicios, pero la oferta no creció en la misma proporción a pesar de los pomposos y reiterados anuncios de megainversiones por cifras colosales que nunca terminaron de concretarse. Todo con el telón de fondo de los fastuosos gastos para un Mundial y unos Juegos Olímpicos de cuya transparencia se hablará mucho en el futuro.
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Aunque se trata de evitar las exageraciones, no se busca aquí minimizar los avances sociales registrados. De lo que se trata es de constatar que el mencionado engrosamiento de la clase media, con un componente tradicional y uno nuevo y pujante, originó una demanda de derechos de segunda generación, que incluye los ítems recién mencionados y otros, largamente insatisfechos, como la pelea en serio contra la corrupción endémica y la eliminación de las rémoras de la dictadura en fuerzas policiales (estaduales) que no saben intervenir en las manifestaciones públicas sin brutalidad.
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Esto, la brutalidad policial, es, justamente, el factor que hizo que protestas que hace menos de una semana juntaban a unas pocas miles de personas en demanda de pasajes de colectivo algo más baratos que la enormidad de 1,5 dólares escalaran hasta lo visto el lunes y ayer. El conflicto, acotado y sectorial, se hizo político y masivo. Curioso: algo similar ocurrió en Turquía, donde, salvajismo represivo mediante, una marcha contra una obra en un parque de Estambul derivó en una protesta nacional que conmovió al gobierno islamista. Brasil y Turquía… dos estrellas del mundo emergente del primer tramo del siglo XXI.
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Lo anterior permite pensar también en un cierto “espíritu de época”. Jóvenes que rechazan la política partidaria, que se convocan a través de redes sociales… De San Pablo y Río, a Estambul y Madrid.
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Si se permite aludir a ese vaporoso “espíritu de época”, se podría evocar un paralelo acaso algo abusivo pero que, por la diferencia de escala, permite iluminar algo más lo que está pasando: el Mayo Francés. A 45 años de distancia, ¿quién puede explicar qué motivó aquellos episodios? ¿Un clima ideológico? ¿Una gran cantidad de jóvenes más educados que comenzaban a temer por su inserción profesional en momento en que el Estado benefactor comenzaba a dar señales de agotamiento? ¿Una “irritación difusa”, tal la feliz definición que la columnista de Folha de Sao Paulo Eliane Cantanhéde dio a los episodios de estos días?
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Por último, ¿quién paga los platos rotos del “otoño brasileño”? Dilma, sin dudas, aunque las mismos sondeos que dan cuenta de un apoyo amplio a los manifestantes le auguran (¿prematuramente?) una reelección en primera vuelta el año que viene. Pero, además de ella, el resto del arco político.
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En Río de Janeiro, por caso, gobierna el Partido del Movimiento Democrático (PMDB), un aliado del PT pero que tiene una agenda propia, más electoral que programática; no por nada es la mayor maquinaria electoral de Brasil. Y en San Pablo reina el Partido de la Social Democracia (PSDB), un centroderecha que entregó los últimos candidatos “anti-Lula” y que en octubre de 2014 presentará la potente postulación del exgobernador mineiro Aécio Neves.
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Esas multitudes parecen corear nuestro conocido “que se vayan todos”, aunque se sabe que casi nadie se va y que la irrupción de esos movimientos juveniles, idealistas y anárquicos suele ser tan sorpresiva como su evaporación. Pero su insatisfacción, difusa o no, sí que persiste y alguna vez deberá ser atendida para evitar males mayores“.
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Como les dije, me parece la de Falak una visión muy lúcida, que abarca Brasil y su circunstancia, que es la América del Sur. También recomiendo la de Mariano, en Yendo a Menos, Eu quero Lula de novo, y vale la pena leer – el portugués es muy accesible – esta reflexión de Emir Sader, de esa izquierda brasileña que forma parte, crítica, de su clase dirigente.
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Pero voy a cerrar este posteo con otro material que también apareció en Artepolítica – ¿les dije que es uno de los mejores blogs en castellano? – pero en octubre del año pasado. Fue una buena pre visión, y, además, creo que nos dice algo a nosotros.
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Sonia Fleury. Brasileña, doctora en Ciencia Política. Un CV de intelectual brasileño de esos que solemos envidiar.  Dio una conferencia en el ciclo “Debates y Combates”, que organiza la Secretaría de Cultura de la Nación.
… Esta buena señora explicó dos cosas que ocurren en Brasil:
  • La primera es cómo el PT maneja dos niveles de coaliciones. Una “coalición de gobierno” y una “coalición de poder”. La “coalición de gobierno” (arriba) incluye alianzas con empresarios, con los políticos tradicionales que representan el poder de las oligarquías locales. Con una buena parte del poder “establecido” de Brasil. La “coalición de poder” (abajo) es la base. Los sindicatos, los Sin Tierra, los movimientos sociales. Lula es quien hilvana esos dos niveles para que no se vayan ni unos ni otros y se mantengan unidos en función de algunos objetivos módicos como por ejemplo: no perder el poder, evitar que ganen “los otros” y estar “un poco mejor que antes”. Y todo eso sin un ánimo “rupturista” del orden, sino más o menos todo lo contrario. Como toda descripción de un populismo “realmente existente” no suele ni ser muy épica, ni aparecer en los medios de comunicación ni en los conceptos simplificadores de Twitter y de la TV.
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  • Pero la segunda cosa que dijo fue lo que realmente nos llamó la atención.  Lo que hizo que nos miráramos con las cejas bien levantadas y tensas a unos 20 metros de distancia. Fleury contó cómo el PT está teniendo problemas con esas famosas “nuevas clases medias”. Que no es que pasaron de la favela a vivir en, ponele, Pueyrredón y Córdoba. No. Son más bien que gente que tiene un empleo que no tenía, que accede a un cierto nivel de consumo que no tenía, quizás accedió a una institución educativa a la que no accedía, mejora su dieta y algún consumo cultural. Compró una motito. Explicó esta politóloga que estas personas, en un contexto “individualista” consideran ahora que “llegaron” pura y exclusivamente por su “propio esfuerzo”. Que no son parte de ningún proceso colectivo, social, político. Que creen que todo esto ocurre tan sólo porque lo  ”merecían”.

viernes, 21 de junio de 2013

Lucha política y ciencia en Marx

En los últimos tiempos, entre la intelectualidad progresista y de izquierda, ha cobrado vuelo un viejo criterio de argumentación, del cual deberían diferenciarse los marxistas. El mismo viene a decir que en la lucha política el criterio para aceptar o rechazar determinado dato o argumento es preguntarse si el mismo es funcional, o no, a la defensa de la posición política a la que se adhiere. O sea, no importa la verdad científica, sino la verdad “de partido”. Hace poco, un intelectual, partidario del gobierno K, me lo explicaba: cuando le presentan un hecho, o un argumento, se pregunta sobre su “sentido o direccionalidad general” en relación al gobierno. Esto es, se interroga sobre si el argumento, o la difusión del dato, perjudica o fortalece al gobierno, y en base a esto, lo acepta, o lo rechaza y hasta combate.
Por supuesto, en esta toma de posición cuenta, y de manera fundamental, quién es interlocutor. De ahí que la respuesta se desliza, rápidamente, al cuestionamiento “ad hominem”; la clave no pasa por examinar el dato, o el argumento, sino a quién lo esgrime. Los hechos del pasado se miden con la misma vara; si un dato histórico debilita “el relato”, se lo pasa por alto, o se busca cualquier excusa (del tipo “los Kirchner apoyaron al menemismo porque desplegaban una táctica de astuta infiltración en el peronismo”; “Gerardo Martínez colaboró con la dictadura militar porque era joven”, etc.). Digamos que los críticos del gobierno proceden, en su mayoría, más o menos de la misma forma. Los datos objetivos son secundarios frente a la necesidad de defender determinada postura política (todo esto se puede conectar con la idea de que “no hay verdades objetivas”, porque toda realidad es “discursiva”).
Debemos admitir, además, que este criterio también está difundido, en algún grado, entre los marxistas. Hace casi 30 años, un dirigente de una organización de izquierda, que no era stalinista, y que escribía en el periódico partidario, me lo explicaba con todas las letras (y un toque de cinismo): “no tengo pruritos en mentir, o en ocultar información, si se trata de defender la línea del partido. Sólo publico los hechos que encajan con el programa y las campañas de agitación votadas por el Comité Central. Más precisamente, soy un escriba del Comité Central, porque la organización está por encima de mis veleidades intelectuales y de los personalismos”. En fin, toda una explicación “bolchevique y proletaria”. Su justificación más “de fondo” (para llamarla de alguna manera) era que en tanto la mentira, o el ocultamiento, sirvieran para hacer progresar la táctica del partido, eran admisibles, y hasta necesarios.
Por otra parte, esta manera de encarar las cosas estuvo, y sigue estando, muy extendida entre los stalinistas. El resultado, invariablemente, fue tapar, disimular o defender cualquier inmundicia, desde “Juicios de Moscú”, campos de concentración y asesinato de trotskistas y anarquistas, hasta personajes lúmpenes y corruptos de gobiernos capitalistas. Todo en aras del “sentido general”, a través del cual se filtran hechos, argumentos, historias y datos. Por supuesto, en este marco, las piruetas políticas están a la orden del día; siempre se pueden explicar por “los avances tácticos alcanzados”, encuadrados en la “estrategia general”.
Pues bien, frente a un criterio tan extendido, quisiera señalar que Marx y Engels parecen proponernos uno opuesto. En una carta a Lafargue, del 11 de agosto de 1884, Engels escribía: “Marx protestaría contra ‘el ideal político, social y económico’ que usted le atribuye. Cuando se es ‘un hombre de ciencia’, no se tiene un ideal, se elaboran los resultados científicos y cuando además se es hombre de partido, se combate por ponerlos en práctica. Pero cuando se tiene un ideal, no se puede ser hombre de ciencia, pues se ha tomado partido de antemano” (el pasaje está citado por Maurice Godelier en Horizon, trajets marxistes en anthropologie, Paris, 1973, Maspero, p. 97; si alguien tiene la carta completa, agradecería que me la envíe).
Pienso que los marxistas deberíamos seguir este criterio, explicado por Engels, ya que es consustancial a la actitud crítica y subversiva del socialismo científico, y a la construcción de un proyecto socialista. Si queremos acabar con toda forma de opresión y explotación, tenemos que desterrar de los mensajes dirigidos al pueblo, el disimulo y la mentira. Toda la experiencia histórica enseña que una vez que se empieza a bajar por la pendiente del “todo vale en aras de la línea política”, no hay límites. La estación final es el cinismo generalizado, como ocurrió en todos los regímenes burocráticos stalinistas. Como no puede ser de otra manera, el burócrata que se cree con derecho a manipular la información, a dosificarla (“en aras de la salud mental del pueblo” y similares excusas), se ubica por encima de la sociedad, para seguir haciendo del ser humano un ser sojuzgado y humillado. Es la alienación bajo la sociedad burocrática-estatista.
Pero la mentira y el engaño son también las formas establecidas de la política burguesa (o pequeño burguesa) cotidiana. Se dice cualquier cosa, y se la defiende, o ataca, según las conveniencias del momento. Sostengo que estas prácticas no deberían tener lugar en el campo marxista, ya que desarman a la crítica. En una carta a Kugelmann, del 11 de julio de 1868, Marx se preguntaba por qué debe haber ciencia, y respondía: “Cuando se comprende la conexión interna entre las cosas, toda creencia teórica en la necesidad permanente de las condiciones existentes se derrumba ante su colapso teórico”. Sin embargo… ¿cómo puede haber examen “de la conexión interna entre las cosas”, si no se respetan los datos objetivos y se procede con argumentos razonados?
Agreguemos que incluso desde el punto de vista táctico, el criterio de Marx y Engels es superior al que impera en el reino del “vale todo”. Es que los avances obtenidos con el engaño y la mentira, tienen pies de barro, como lo prueba la evolución de las organizaciones obreras y socialistas oportunistas. Todas terminan desacreditadas y siendo funcionales a la dominación burguesa. Por eso, la política marxista se basa en los hechos fundamentales -la relación de explotación- y no en las conveniencias inmediatas. En este respecto, y en crítica a una corriente de oportunistas, Engels también escribía: “Este olvido de razones importantes, fundamentales, por intereses del día, esta carrera tras los éxitos momentáneos y la lucha por ellos sin tener en cuenta las consecuencias posteriores, esta forma de sacrificar el futuro del movimiento en aras del momento actual, puede darse, tal vez, por motivos ‘honestos’. Pero es oportunismo y seguirá siendo oportunismo, y el oportunismo ‘honesto’ es quizás más peligroso que todos los demás” (carta a Kautsky, 29 de junio de 1891).
Lamentablemente, hoy tenemos mucho “oportunismo honesto”, y posiblemente, mucho más “del otro” (y regado con mucho dinero). Hay que reconocer las cosas como son. La reconstrucción de un fuerte movimiento socialista deberá encarar, necesaria e inevitablemente, estas cuestiones, si quiere progresar.
Esta nota debería interpretarse como una continuación de la anterior. Las dos conforman un todo.
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“Lucha política y ciencia en Marx”

miércoles, 19 de junio de 2013

"...Seamos como Brasil..."

Marcha atrás en Brasil con los aumentos

A pesar de eso, miles de manifestantes continuaron marchando. La intervención deRousseffGalería de imágenes.

  • 19/06/2013 | 12:06
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La marcha de los "indignados" de Brasil sorprendió al escenario internacional, en donde el país era expuesto como un ejemplo de igualdad social. Sin embargo, el pueblo del vecino país demostró que no permanece indiferente ante la posibilidad de realizar un reclamo al Gobierno, quien debió dar marcha atrás en varios puntos del país con los aumentos al transporte.

Al menos seis ciudades brasileñas decidieron suspender la suba del precio del pasaje tras las multitudinarias manifestaciones en contra del mismo y, además, repudiando los gastos relacionados al Mundial 2014. Sin embargo, en San Pablo continuaba anoche la tensión ya que decenas de miles de manifestantes se mantenían frente a la alcaldía de ese municipio.

La anulación de la suba ocurrió tras la masiva marcha de más de 250 mil personas en una veintena de municipios, en donde se registraron disturbios que provocaron nuevos heridos y detenidos.

En el caso de San Pablo, marcharon unas 50 mil personas este martes. Hacia allí se dirigió de inmediato la presidenta Dilma Rousseff para reunirse con el expresidente Lula. Ambos se encontraron con el alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad -también del izquierdista Partido de los Trabajadores- en el aeropuerto de Congonhas para discutir una eventual rebaja del boleto de bus, metro y tren también en esa ciudad, reivindicación que desató el movimiento de protesta en Brasil, indicó el diario Folha de Sao Paulo. No hubo declaraciones después de la reunión.
 
A un año del Mundial y en momentos en que se celebra en Brasil la Copa Confederaciones, unos 300 manifestantes incendiaron un coche de la televisora Récord situado frente a la alcaldía y un quiosco policial. Fueron dispersados por la policía, que les lanzó gases lacrimógenos y balas de goma. Un hombre fue herido en la pierna. Pero varios regresaron al lugar y saquearon negocios, llevándose joyas, televisores de pantalla plana y zapatos hasta que fueron dispersados nuevamente, constató una periodista de la AFP.

"Es el comienzo de la primavera tropical", dijo a AFP uno de los manifestantes, Givalnido Manoel, en referencia a los movimientos populares en el mundo árabe. Otras protestas tuvieron lugar en una treintena de ciudades más pequeñas, entre ellas Juazeiro do Norte (Ceará, noreste), donde la policía debió colocar al alcalde Raimundo Macedo en un camión de transporte de valores durante horas para protegerlo de una multitud que protestaba contra recortes de sueldo de profesores.

También hubo manifestaciones en Sao Gonçalo, una pequeña ciudad cercana a Rio, en Florianópolis (sur) y Manaos (norte). Porto Alegre (sur), Recife (noreste) fueron algunas de las capitales estatales brasileñas que anunciaron reducciones en el precio del transporte público tras las multitudinarias protestas.

El alcalde de Sao Paulo aceptó este martes revisar la tarifa de los autobuses tras una reunión con integrantes del Movimiento Pase Libre, según los cuales las manifestaciones continuarán hasta que se revoque el aumento.

En tanto, Rousseff se comprometió a escuchar a los 250.000 manifestantes que marcharon el lunes en todo el país. "Mi gobierno está escuchando esas voces por el cambio. Mi gobierno está empeñado y comprometido con la transformación social", dijo. "Este mensaje directo de las calles es de repudio a la corrupción y al uso indebido del dinero público", afirmó la mandataria, que ha despedido de su gobierno a siete ministros acusados de desvío de dineros públicos.

Las protestas no se detienen en Brasil: hay nuevos choques en San Pablo

POR ELEONORA GOSMAN. SAN PABLO, CORRESPONSAL

Hay más manifestaciones contra los aumentos de transporte público en barrios periféricos de la ciudad. La Policía volvió a intervenir lanzando gases lacrimógenos.

TENSION POR MEDIDAS DEL GOBIERNO Las protestas no se detienen en Brasil: hay nuevos choques en San Pablo. (AFP)
19/06/13 - 12:14
Nuevas manifestaciones conmueven a San Pablo desde temprano. Si hasta ayer el movimiento contra los aumentos de transporte público se mantuvo en el centro de la ciudad, hoy ya están en la periferia y en municipios del Gran San Pablo. En el lejano barrio de M´Boi Mirim, en la zona sur de la ciudad, manifestantes del Movimiento Periferia Activa y del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo comenzaron desde bien temprano a manifestar. Eran las 7.30 horas de la mañana, donde la mayoría sale rumbo a sus trabajos.
Gilson García, de Periferia Activa, declaró que la protesta es por el reajuste del boleto de ómnibus, “pero va más allá. Es una manifestación por la mejoría del transporte para todos”.
Una mujer de 36 años, que trabaja en el hospital Sao Luiz salió de trabajo para ir a la marcha matutina: “Mi jefa sabe que estoy aquí y ella me apoya. Sabe cuánto sufro por culpa del mal transporte de ómnibus”.
Dos horas más tarde, a las 9 de la mañana, los líderes de Periferia Activa entraron en la subintendencia para hablar con los funcionarios. Pero afuera el ambiente se enardeció. Grupos de manifestantesintentaron abrir las puertas y entrar en los despachos donde se realizaban las conversaciones. Hubo reacción de la policía militar congases lacrimógenos. En intendencias del gran San Pablo se vivió exactamente el mismo tipo de protestas. En San Bernardo, un municipio rico donde vive el ex presidente Lula da Silva, hubo también protestas.
Anoche el descontrol se adueñó del centro de la capital paulista. A los gritos de “Quebrar, quebrar es mejor que manifestar”, grupos de jóvenes intentaron entrar en el Teatro Municipal. En ese momento, había un centenar de personas que asistían a una ópera. Pero no sólo eso: otros grupos se dirigieron a tiendas de informática y de celulares. Rompieron las vidrieras y procedieron a saquear los locales. También incendiaron un vehículo del canal de TV Rede Record. Esta vez, la Policía militar que estaba lista desde temprano, demoró en actuar. Y hubo casos, como el de la intendencia paulista, en pleno centro, en los que recién intervino al final.

Tensión

Cedió el gobierno en Brasil, pero siguen las protestas en las calles

Hubo marchas en San Pablo y Río a pesar de que varios alcaldes anularon la suba en el transporte; "Estamos escuchando el mensaje de la gente", dijo Dilma
Por   | LA NACION
RÍO DE JANEIRO.- El gobierno de Brasil no pretendió negar la realidad. Sin demoras, buscó ayer aplacar los agitados ánimos para desactivar el riesgo de un estallido social mayor, pero las marchas y los incidentes continuaron en varias de las principales ciudades, entre ellas, Río de Janeiro y San Pablo.
Apenas unas horas después de las mayores protestas desde el regreso de la democracia, la presidenta Dilma Rousseff se comprometió a escuchar los reclamos de mayores inversiones en educación, salud y otros servicios públicos. Además, las autoridades de varias de las grandes ciudades dieron marcha atrás o prometieron revisar los recientes aumentos en las tarifas de transporte, reivindicación que dio origen a esta sorpresiva ola de indignación.
"Mi gobierno está escuchando estas voces por el cambio. Mi gobierno está empeñado y comprometido con la transformación social. Ese mensaje directo de las calles es de repudio a la corrupción y al uso indebido del dinero público", afirmó la presidenta, y destacó el carácter pacífico de la mayoría de los más de 250.000 manifestantes que protestaron anteayer en 18 ciudades. Lo contrastó con la violencia y el espíritu destructivo de pequeños grupos
Anteanoche, en Río de Janeiro, uno de esos grupos invadió y causó destrozos dentro de la Asamblea Legislativa estatal.
En San Pablo, varias personas intentaron tomar el Palacio dos Bandeirantes, sede del gobierno estatal, mientras que la mayoría de los manifestantes prefirió dejar solos al grupo de violentos y cubrió la avenida Paulista.
En Brasilia, centenares de jóvenes ocuparon por un par de horas la terraza del Congreso y en Porto Alegre hubo serios enfrentamientos con la policía.
"Sabemos, gobierno y sociedad, que toda violencia es destructiva, lamentable y sólo genera más violencia. No podemos aceptar jamás convivir con ella", agregó Rousseff, quien no hizo mención a la exagerada represión policial con la que, el jueves último, en San Pablo, se respondió a una marcha en rechazo al alza de los boletos de colectivos, subte y trenes, que pasó de 3 a 3,20 reales (de 1,5 a 1,6 dólares).
Con las autoridades aún sorprendidas por la amplia participación que tuvieron las protestas anteayer, y con los manifestantes envalentonados, anoche se realizó una nueva concentración en la céntrica Praça da Sé, en San Pablo, que reunió a por lo menos unas 50.000 personas.
Más allá del reclamo original para que se congele el aumento de la tarifa de transporte, se volvieron a ver carteles en contra de la corrupción y con cuestionamientos hacia las multimillonarias inversiones que implican tanto la organización de la actual Copa de Confederaciones, como el Mundial de fútbol del próximo año y los Juegos Olímpicos en 2016.
"Disculpe los trastornos, estamos cambiando Brasil" y "Más salud, menos estadios" eran algunas de las consignas que se pudieron leer entre los jóvenes manifestantes que marcharon de manera pacífica. Sin embargo, al pasar frente al edificio de la Alcaldía, un grupo intento invadirlo, rompió ventanas y protagonizó enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Después buscó saquear comercios vecinos, desde bancos a negocios de electrodomésticos.
Ante estos desmanes, otra parte de la multitud intentó contener a los más radicales. Pero la mayoría de los manifestantes se alejó de los violentos y marchó en forma pacífica hacia la céntrica avenida Paulista.
De cualquier forma, el alcalde, Fernando Haddad, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), no se encontraba en el lugar. Estaba en esos momentos en el aeropuerto de Congonhas, reunido con Rousseff y con el padrino político de ambos, Luiz Inacio Lula da Silva.
El histórico líder petista, que tiene sólidos antecedentes en liderar protestas callejeras, compartió con ambos algunos consejos.
Ya más temprano, Haddad había mantenido una reunión con representes del Movimiento Pase Libre, que organizó las protestas de los últimos días a través de las redes sociales, y salió de allí con la promesa de que revisaría los números con el Consejo de la Ciudad para considerar una rebaja en el precio del transporte público. "Me voy a subordinar a la voluntad de las personas porque soy el alcalde de la ciudad, para lo que la ciudad quiera que haga. Hay un pueblo en la calle pidiendo soluciones y nadie puede descansar ahora hasta encontrarlas", dijo.
En el mismo tono conciliador, abierto al diálogo, pero más osadas, se expresaron las autoridades de las ciudades de Recife, Porto Alegre, João Pessoa y Cuiabá, que anunciaron ayer la rebaja inmediata del boleto de transporte.
"Si la presidenta dice que apoya el movimiento, el primer cambio que tiene que hacer es acabar con la inflación, que continúa alta [6,5% en los últimos doce meses] y está por detrás de todo esto", señaló el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, del opositor Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), quien junto con el precandidato presidencial de la agrupación, el senador Aécio Neves, pidió cautela. "Ese Brasil rosado que el PT intenta mostrar no existe", sentenció Neves, ya en clara campaña para arrebatarle la reelección a Rousseff en los comicios presidenciales del próximo año.
Por otra parte, una encuesta realizada por el Instituto Ibope reveló que el 72% de los brasileños respalda las protestas y el 60% cree que las manifestaciones continuarán hasta que el aumento del precio de los pasajes sea anulado.

JÓVENES EDUCADOS Y SIN AFILIACIÓN PARTIDARIA

Jóvenes con educación superior y sin afiliación política componen el grueso de los manifestantes que anteayer participaron en la masiva protesta de San Pablo contra el alza del transporte y los gastos del Mundial 2014 en Brasil. Así lo reveló un sondeo de la firma Datafolha, publicado ayer, según el cual un 84% de los manifestantes de esa ciudad declaró no tener preferencia por algún partido político. En tanto, un 77% dijo tener un nivel de educación superior y un 22%, ser aún estudiante.
Poco más de la mitad, un 53%, dijo tener menos de 25 años, y un amplio 71% participó anteayer por primera vez de la ola de protestas en San Pablo. Por otro lado, un 56% dijo que la principal razón para salir a la calle es el aumento del pasaje en el transporte público, que subió de 1,5 a 1,6 dólares.

DILMA, "ORGULLOSA" DE LAS MANIFESTACIONES

En un discurso en Brasilia, dijo que las marchas fortalecen al país
  • "Brasil amaneció más fuerte. La grandeza de estas manifestaciones demuestra la energía de nuestra democracia. La fuerza de la voz de la calle es el sentido cívico de nuestro pueblo"
  • "Es muy bueno ver a tantos jóvenes y adultos (...) juntos con la bandera de Brasil, diciendo con orgullo «soy brasileño» y defendiendo un país mejor. Brasil está orgulloso de ellos"
  • "Esas voces de las calles deben ser escuchadas. Ellas trascienden los mecanismos tradicionales, de las instituciones, de los partidos políticos, de los gremios y de los propios medios"