jueves, 13 de junio de 2013

Opinión Económica - Parte 4

La inclusión social fue el eje del modelo económico de la década

Mediante el cuidado del trabajo, las transferencias directas y el impulso del consumo se logró la reducción de las diferencias.

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La economía argentina vivió un giro de 180 grados en los últimos diez años y logró dejar atrás los vestigios de la era neoliberal. El consumo, que creció un 102% en la década, fue el motor de un "modelo" que empujó el PBI un 98,6% y generó un conjunto de políticas de ingreso que redujeron las diferencias al interior de la sociedad. El trabajo también ocupó un lugar fundamental con la recuperación de las convenciones colectivas.
Los números muestran fuertes aumentos desde todas las aristas fundamentales para la mejora del día a día de las familias. Por ejemplo, el salario mínimo se recuperó en más de un 1200%, el número de jubilados incorporados al sistema previsional creció el 77% y con la Asignación Universal por Hijo cayeron un 30% los indicadores de desigualdad distributiva.
¿Cuál fue el eje de todo esto? La preocupación por el empleo se consolidó con el correr de los años y perdió el lugar de primer variable de ajuste que había ocupado en el pasado. Así, la desocupación cayó 6,6 puntos porcentuales y, en este contexto, la participación de los trabajadores en el PBI llegó al 49 por ciento.
"La inclusión social fue uno de los puntos más importantes de este rumbo económico basado explícitamente en la redistribución del ingreso. Ninguno de los modelos anteriores tuvo esta meta, el efecto derrame fue una excusa, esa distribución nunca se cumplió", explicó el economista Agustín D’Atellis a Tiempo Argentino. El analista de La Gran MaKro subrayó que. "Ahora cualquier indicador que tomes te muestra una mejora durante de toda esta década, lo que ubica a la Argentina entre los países que más inclusión provocaron con su crecimiento a tasas altas."
Ernesto Mattos, economista del CEMOP, opinó que un hito económico fundamental para entender el modelo kirchnerista se ubica en la eliminación de la oficina del Fondo Monetario Internacional (FMI) del Ministerio de Economía. "Así se marcó la importancia de la política nacional basada en la idea de soberanía. La independencia en la acción permitió llegar a las cifras que todos conocemos", apuntó. Además, destacó el rumbo de la reestructuración de la deuda, que no apoyó su costo sobre el pueblo sino en una quita fuerte al poder financiero internacional. 
Otro de los ejes fue la política fiscal, con una recaudación de impuestos que se incrementó fuertemente y un gasto con clara inclinación social. Los impuestos a la renta, utilidades y ganancia de capital, que son de claro carácter progresivo, pasaron a representar el 6,3% del PBI en el año 2012. Además, entre 2002 y 2012 el pago de los intereses de la deuda disminuyó casi 13 puntos porcentuales, fondos que fueron a engrosar el presupuesto destinado a obras públicas.  «


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